Lo primero: una piel limpia e hidratada.

Todos estamos expuestos todos los días a un sinfín de impactos publicitarios de todo tipo de productos. Y los de cosmética no son precisamente pocos. En nuestro centro en Barcelona, el comentario más frecuente que recibimos de gente nueva que entra al local en busca de soluciones es: “llevo años saltando de una marca a otra, gastándome un montón de dinero y probándolo todo para mi piel. Pero nada termina de funcionar”. Ante esta realidad y este desgaste tan común que sentimos que mucha gente tiene, nosotras pretendemos simplificar el cuidado, dando soluciones y explicaciones de mucha lógica, con una gama de productos muy acotada y muy efectiva. 

 

Todos los años aparecen nuevos estudios, nuevas promesas, nuevas fuentes de vitaminas y nuevos productos para nuestra piel, y cada uno de ellos que aparece promete ser mejor que el del año anterior. La pregunta es ¿qué necesita recuperar realmente nuestra piel? ¿qué cantidad de productos distintos se necesita acumular en el baño para cada piel, cada edad, cada época del año, o cada momento del día? 

 

Para nosotras, la respuesta es muy sencilla; muy pocos. La piel necesita pocas cosas, pero las que sí necesita, las necesita mucho. La base de una piel sana, cuidada y luminosa es la limpieza y la hidratación. Ahora bien, no cualquier limpieza cumple su función, ni cualquier hidratante. 

 

Hay cuatro cosas importantes a tener en cuenta a la hora de elegir un limpiador;

-que no altere el pH natural de la piel

-que no contenga alcohol

-que no contenga jabones

-que no cause tirantez (consecuencia de los dos anteriores)

 

Y hay tres cosas importantes a la hora de elegir un hidratante;

-que no contenga ceras

-que no contenga grasas

-que no tapone la transpiración de la piel (consecuencia de los anteriores), sino que penetre en profundidad. 

 

Y, ¿por qué lo más importante es tener una piel limpia e hidratada? 

La mayoría vivimos en ciudades en las que el índice de polución ambiental es elevado. Nuestra piel transpira a través de sus poros, y las partículas de polución entre las que estamos rodeados taponan los poros y ensucian la dermis. Esto trae consecuencias, como los conocidos puntos negros o la pérdida de luminosidad de la piel. La mayoría de mujeres, además, usan maquillaje diariamente. El maquillaje también tapona la transpiración de los poros de la piel, causando obstrucción. Es importantísimo limpiar la piel todas las noches, para que durante las horas de sueño, la piel logre un descanso del cúmulo de partículas que la taponan y se regenere adecuadamente. 

Una vez logramos entrar en la rutina de limpiar la piel, lo segundo más importante es la hidratación. La pérdida de agua en las células es el principal motivo de envejecimiento. Y tal pérdida se debe a diversos factores; el propio paso del tiempo, el estrés, la mala alimentación, y el uso de productos faciales o protectores solares que lejos de favorecer la hidratación y regeneración celular, obstruyen y envejecen la dermis. 

Tras lograr una constancia con únicamente dos productos de calidad que logren mantener la piel limpia e hidratada, podemos empezar a pensar en qué otros productos complementarios pueden aportar más vitaminas y sustancias beneficiosas a nuestra piel. Eso si, siempre sin perder de vista esa línea sencilla de dos pasos simples que logren lo realmente importante, sea cual sea tu tipo de piel. 

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